25 de noviembre de 2012

El resurgir del "Curro Betis".



Dicen del fútbol que es un deporte caprichoso. Dicen, que es capaz de sacar a la luz los sentimientos más ocultos y de esconder en la penumbra las emociones más vitales. Dicen que es el aliciente ideal para que un marginado haga amigos, para que una mirada al suelo se convierta en el abrazo más sincero del mundo, para que una mano en el bolsillo se transforme en un músculo capaz de voltear bufandas con la misma velocidad que un gol te lleva al éxtasis y al amargamiento a partes iguales. Dicen que es un arma de sentimientos poderosa, puede que la más poderosa, quizás sea la tan ansiada arma de destrucción masiva que tanto se ha buscado. Quizás. Pero quizás también sea el generador más completo del mundo. Ese que de la nada te fabrica el todo. Ese que es capaz de darte la felicidad eterna un domingo y quitártela el siguiente. El fútbol es vida y muerte a partes iguales. Y todo esto, absolutamente todo, está reflejado en el llamado "Curro Betis".

El "Curro Betis" no es un apodo cualquiera, el "Curro Betis" se vive, se disfruta, se sufre, se aguanta a base de infartos. Es la metáfora más bella de este deporte, la partícula que da sentido a todo. Ese sentimiento tan especial de los béticos por su equipo no podría entenderse sin el "Curro Betis". Torero de miuras, insulto de vaquillas. Mitad matagigantes y mitad resucita-muertos, es el niño que desde el suelo se revela contra los abusones. El "Curro Betis" nace de un escudo que mira cara a cara a la superstición, confiando en el número maldito como eje de su historia. El "Curro Betis" son trece barras que encierran un sentimiento con más de 100 años de vida, son esas 13 barras, ni una más ni una menos, las que hacen que ese glorioso sentimiento siga latiendo por dentro sin el más mínimo pensamiento de escaparse. No son trece barrotes presidiarios, todo lo contrario, son trece claves que protegen la esencia de todo ser bético.

Y anoche volvió a aparecer, después de una semana dolorosa, después de 6 días de lamentos, llantos, gritos de rabia y manos abiertas. Anoche el "Curro Betis" volvió a dejarse ver por Heliópolis, acudiendo a la llamada de una afición que ansiaba volver a verlo por allí. Y vino, como siempre cuando se le necesita, en los momentos más duros. Cuanto todo parece perdido, cuando la crispación ha hecho mella en el delicado corazón de los béticos, cuando los insultos se imponen a las palmas, él siempre aparece silencioso, por sorpresa, nadie lo espera. Es el gran retorno del rey. Un rey que vuelve a reconquistar lo que un día fue suyo y otros intentaron derribar. Un rey que a lomos de su caballo blanco alza la bandera de la victoria. Y ayer no sólo reconquistó lo que por historia era suyo, sino que lo hizo ante el rey más imponente de España. Ese que desde la capital gobierna a base de presiones. Ese que una vez más, salió de Sevilla abrumado por el clamor de los béticos.

Sin embargo, también dicen que no suele quedarse mucho tiempo. Que cuando todo está en orden se vuelve a ir. Se va como vino, por sorpresa. Pero tarde o temprano vuelve a aparecer, cuando más feas se ponen las cosas. Llega para devolver el aliento a su gente, para hacerles creer de nuevo, para unir todas las banderas y bufandas y llevarlas a lo más alto del cielo de Sevilla. Es el "Curro Betis", una pasión más amarga que dulce, que sin embargo no queremos dejar de probar nunca. Esa pasión que pocas veces muestra su grandeza, pero que cuando lo hace es para asombrar con su luz a la mismísima ciudad del sol. El "Curro Betis" es esto, la sintonía perfecta entre el verde y el blanco, un sentimiento de arte sublime, un símbolo, la esencia de la pureza y la majestuosidad. 

23 de noviembre de 2012

El fracaso de un proyecto sin confianza


El Miércoles los diarios ingleses amanecían con un claro protagonista, la figura de Roberto Di Matteo, que a lo largo de esa misma mañana dejó de ser entrenador de los 'blues'. La noche anterior, el Chelsea era apalizado por la Juventus en Champions. Era la confirmación del fracaso de un proyecto que ya nació torcido, porque Abramovich nunca confió en el técnico italiano.

Pero es una historia que comienza algo más atrás. El magnate ruso se encaprichó la temporada pasada de André Villas Boas, por el que pagó al Oporto 15 millones de € para liberarle de su contrato y situarlo rumbo a Londres. Era su gran apuesta. El estilo del Chelsea,  tradicionalmente basado en la fuerza física, una defensa ferrea y un contragolpe mortal, cambiaba, en busca de un fútbol más elaborado, creativo y con la asociación como idea. Todo se fue a pique mucho antes de lo esperado, ni en juego ni en resultado Villas Boas respondió a la confianza depositada en él, e incluso el vestuario le dejó solo. Abramovich buscó una solución de urgencia, Roberto Di Matteo. El único objetivo era que la temporada no acabara en descalabro, es decir, asegurar un puesto en Champions para el próximo curso. El objetivo fue cumplido por la senda más gloriosa. El Chelsea se coronaba campeón de Europa ante el Bayern en el mismísimo Allianz Arena de Múnich. Las formas fueron las de antaño, un equipo duro, físico, con la solidez defensiva como punto fuerte. Para ver un mínimo atisbo de construcción en el juego 'blue' había que esperar a que la pelota llegase a los pies de Mata. En la parcela ofensiva, prácticamente todo se confiaba a las innumerables virtudes de un solo jugador, Didier Drogba. El gran artífice. Por el camino, los de Di Matteo se adjudicaron también la F.A. Cup. Abramovich conseguía así su gran obsesión desde que arribara en Londres, y lo hacía en la temporada más complicada en un principio. Todo debía ser felicidad por Stamford Bridge, pero al todopoderoso ruso le seguían importando las formas. La victoria del Chelsea fue más milagrosa que una consecuencia de su juego, por lo que se avecinaban cambios. Incluso después de acabar con un éxito mayúsculo la temporada, Di Matteo fue cuestionado.

Finalmente, este verano no hubo novedades en el banco, pero si en el plantel. Llegaron Marko Marin, Oscar, y sobre todo Eden Hazard, la gran estrella. Quedaba nuevamente de manifiesto la intención de abogar por un nuevo patrón de juego. En la cabeza de Abramovich, el ganar gustando, el conseguir la admiración de todos. El Barça o la selección española como grandes ejemplos. Pero la mesa cojeaba significativamente por una de sus patas, la del mediocentro. En la zona de tres cuartos se había comprado mucho talento. Hazard, Oscar, Mata...son capaces de hacer las delicias de cualquier espectador, pero prácticamente ningún equipo que tenga el juego asociativo como principio puede manejarse sin un mediocentro organizador puro. Ese que dicen que estuvo a punto de llegar y Di Matteo frenó. Obi Mikel, Oriol Romeu o incluso Lampard haciendo las veces de pivote, son insuficientes si lo que se pretende es llevar el peso del partido. Eso lo ha notado el equipo en este inicio de temporada, donde no ha conseguido brillar en cuanto a juego, y tampoco ha sido clara su superioridad en lo que a resultados se refiere. El Chelsea se ha convertido en un equipo espeso, que sufre cuando tiene la pelota en la salida, ante la ausencia de un referente que haga enlazar el juego desde la defensa hasta la zona de tres cuartos.

Como era de esperar, la cuerda se ha roto más pronto que tarde por el lado más débil. Abramovich ha decidido dar otro cambio de timón, nuevamente en el banquillo, y confiar en que el cambio de técnico (el noveno desde que es propietario del club) sea la solución. Atrás queda Di Matteo, un entrenador en el que jamás confió plenamente, puede que por falta de renombre y también porque su estilo de juego no era el buscado, pero que le ha dado al Chelsea el título más importante de su historia, y a Abramovich su principal objeto de deseo desde que se hizo con el poder del club.


Llega Benitez, con un pasado que le hace ser odiado


No ha tardado el conjunto 'blue' en buscar sucesor. Como era de esperar, un técnico de mucho prestigio, con nombre, títulos y un amplio bagaje a sus espaldas. Llega Rafa Benítez. En su carta de presentación una gloriosa etapa en Valencia, un sonoro fracaso en el Inter, pero sobre todo, un magnífico trabajo en el Liverpool, donde fue durante varias temporadas rival directo del Chelsea de Mourinho por aquel entonces. Este es el principal motivo por el que los aficionados no le reciben con ningún cariño. Cuando Villas Boas fue cesado la pasada temporada, el nombre de Benítez ya sonó para aterrizar en Stamford Bridge, y la hinchada dejó clara su oposición a dicha elección con cánticos ofensivos para el técnico extremeño.   Por tanto, son varios los retos que se le presentan al técnico español. Para empezar le toca enderezar la nave de un equipo con talento, oficio y experiencia, pero falto de equilibrio en posiciones claves. Viendo a todos los equipos por los que ha pasado, de él se espera que haga del Chelsea un bloque compacto, sin fisuras, y que al mismo tiempo no sitúe obstáculos a la creatividad. También hay grandes expectativas en ver si Benítez será capaz de sacar la mejor versión de Fernando Torres, quién se convirtió en uno de los mejores arietes de Europa a sus órdenes y que nunca se ha reencontrado consigo mismo desde que firmara por el Chelsea. Tal y como dijo el propio Rafa en su presentación, tiene la posibilidad de sumar cinco títulos. Uno de ellos, la Champions, empieza a peligrar, tras complicarse enormemente su pase en la fase de grupos. Abramovich deja atrás nuevamente la filosofía de otorgar casi la misma importancia a ganar que a gustar. De momento, el único objetivo vuelve a ser triunfar dejando en un segundo plano las formas.

21 de noviembre de 2012

Sobre jeques y magnates.



Decíamos en la introducción de este blog que el fútbol se había convertido en la actualidad en algo que nada tiene que ver con el deporte que fue en sus inicios, que había pasado de ser ese entorno mágico del que evadirse de los problemas personales a ser en algunos casos poco más que un negocio entre empresas y clientes. Pues bien, esto alcanza su mayor exponente en los multimillonarios o multibillonarios, depende de cada uno, jeques árabes y magnates rusos (por ejemplo). Para muchos de ellos, el fútbol se ha convertido en una forma de dar a conocer su nombre a nivel internacional. Muchos de ellos son personas con un gran grado de influencia en las actividades económicas de su país y los negocios nacionales a veces se le quedan pequeños. Entonces, para expandir el nombre de sus empresas, deciden aventurarse a comprar un club de fútbol. La bienvenida que reciben por parte de los aficionados es muy buena, son gente de dinero, y ellos esperan que parte de él lo inviertan en el club de sus amores. Estos empresarios, expertos en relaciones públicas, encantadores de serpientes, rápidamente generan ilusión y esperanza a su llegada al club. Su frase más usada es aquella de “Queremos poner a este club en lo más alto, y que de aquí a unos años pueda luchar con los mejores”. No es la primera vez que la oímos. A veces es verdad y a veces mentira, pero al principio, todos se lo creen.

Llegan con la promesa de invertir mucho dinero en el club, de traer jugadores de renombre y de generar grandes proyectos en períodos minúsculos de tiempo. Sin embargo, esto no siempre es así. Aquí también, como en todo, influye la suerte. La suerte de que te toque un empresario serio que realmente cumpla con su palabra, de lo contrario, estás perdido. Aunque eso si, esto ocurre en contadas ocasiones. Como ejemplos claros tenemos en Europa al Chelsea de Abramovich, al Manchester City o al último “nuevo rico”, el PSG. En sus casos, los mandatarios pusieron de verdad el capital prometido para hacer crecer al equipo. Ahí tenemos las pruebas, jugadores como Ibrahimovic, Agüero, Silva o Torres han llegado a base de talonarios. Sin embargo, también hemos visto la otra cara de la moneda, y cuando esto pasa, cuidado. Ahí tenemos a equipos como el Portsmouth, a quien la llegada de varios de estos empresarios terminó por hundir su estancia en la máxima categoría del fútbol inglés debido a problemas de impagos. Ahora vaga por los campos de la Football League One sin pena ni gloria, lo que vendría a ser la 2ºB de nuestro país. Es un caso tremendo, duele ver como el dinero y la ineptitud de varias personas son capaces de acabar con un club con más de 110 años de historia. Duele ver al Pompey en esa situación.

Pero tampoco hace falta irse tan lejos, en nuestra liga tenemos la cara y la cruz de la moneda, los ejemplos perfectos para analizar este caso. Por un lado, el Málaga, por otro, el Racing. El primero disfruta de la que quizás sea la etapa más exitosa de su historia. Desde que llegara al club el jeque catarí Nasser Al Thani, el equipo costasoleño ha dado un cambio radical en su situación deportiva. Ha pasado de ser en dos años un equipo más de primera (en el buen sentido) a ser uno de los grandes clubes de la actual liga española. Ha sabido remodelar una plantilla a base de jugadores cuyo talento no se hubiera podido disfrutar en Málaga de no haber llegado él. A golpe de talonario, el club ha firmado en dos temporadas a más de 20 jugadores, gastando así un total de más de 200 millones de euros para hacer del Málaga un equipo importante no solo en España, si no también en Europa. Y vaya si ha funcionado. El club goza de una magnífica posición en la actual liga de Campeones, competición en la que debutaba este año por primera vez en su historia, y en la liga de momento no lo está haciendo nada mal. Los aficionados están encantados con la marcha del equipo y aunque en las últimas semanas parecen haber florecido algunos problemas que otros, la cosa marcha bien.


Todo lo contrario pasa en Santander. La entidad cantábrica pasa por uno de los momentos más negros de su historia. Los antecedentes los sabemos ya, sin embargo, el futuro se presenta totalmente incierto. Deportivamente el equipo se encuentra luchando por dejar atrás lo más rápido posible los puestos rojos de la tabla. La afición hace rato que se hartó de la actitud de sus jugadores sobre el campo y de la incapacidad de los dirigentes de llevar a buen puerto la situación. Todo parece más negro que nunca. Curiosamente, esta situación llegó a raíz de la compra del club del empresario indio Ali Sied. Este prometió hacer del Racing un equipo competitivo a nivel nacional a corto plazo y a nivel internacional en un período semi-largo de tiempo. Ahora la situación parece harto complicada. Lo que si ha traído son problemas financieros, peleas institucionales y la división del club con sus aficionados. Una auténtica bomba que no ha hecho más que arrasar con todo lo que ha encontrado a su paso.

Podríamos hablar de una cuestión de suerte. De porqué algunos tanto y otros tan poco, de porque a ellos si y a mi no, de envidia deportiva. Lo cierto es que estos seres, tan extraños como afamados, tan queridos como odiados, son ya una parte esencial del fútbol actual. Habrá quien esté a favor y quien esté en contra, quien los quiera para su equipo y quien no los quiera ver ni en pintura, pero ahí ya entran otros factores. Preguntémosle a un aficionado del City, o del Málaga, y hagamos la misma pregunta a uno del Portsmouth, o del Racing. Podríamos coger a 5 personas al azar, y probablemente ninguna estaría de acuerdo con la otra. Los jeques son así e influyen de tal manera en este deporte que muchos ya no podrían vivir sin ellos. A quien no se le haría raro ver al Chelsea sin Abramovich, o a un jugador de talla mundial que no suene para reforzar al PSG. El fútbol es dinero, y en este tema, ellos son los reyes del mambo.

17 de noviembre de 2012

Tres históricos al borde del abismo

Cuando la pelota echa a rodar la historia importa poco o nada. Lo hemos podido comprobar en multitud de ocasiones, como equipos humildes han conseguido vencer a otros infinitamente superiores o clubes que lo han ganado todo se han despeñado por el más rotundo de los fracasos. Quizás el último gran ejemplo fuese River Plate, la institución con más títulos de Argentina al que una calamitosa gestión de sus dirigentes hizo conocer por primera vez en su historia lo que significaba un descenso. En esa misma tesitura se encuentran actualmente varias escuadras con un pasado glorioso, que sin embargo se tendrán que batir el cobre de lo lindo en las próximas semanas si no quieren perder la categoría.

Palmeiras tiene pie y medio en la Serie B

Hasta en 8 ocasiones ha conseguido levantar Palmeiras el Brasileirao, también cuenta en su haber con una Copa Libertadores y en 2011 fue campeón por segunda vez de la Copa de Brasil. Ahora todo eso parece quedar demasiado lejos. Una pésima temporada ha situado al club paulista cada vez más cerca del precipicio. En su plantel encontramos grandes jugadores como Jorge 'el mago' Valdivia o Marcos Assunçao, que sin embargo parece que no podrán evitar lo que sería el segundo descenso (tras el de 2002) en la historia de una institución que en un par de años cumplirá un siglo de vida.


Las matemáticas indican que el 'verdāo' necesita poco menos que un milagro. A 7 puntos de la salvación cuando solo faltan por disputarse 9, su gran esperanza es el calendario que le queda, ya que tiene que visitar a Flamengo y Santos, y recibir a Atlético Goianense, y ninguno de ellos se juega nada. Esa es la visión optimista. La pesimista es que a los equipos que puede alcanzar, Bahía y Portuguesa, también se enfrentan a rivales que no tienen mayor ambición que la de conseguir unos tres puntos que no le servirían de mucho para su posición final en la tabla.


Independiente y San Lorenzo viven en el alambre

Ambos son considerados dos de los cincos grandes del fútbol argentino, junto a Boca Juniors, River Plate y Racing Club. Independiente no ha descendido jamás en sus 108 años de historia, San Lorenzo solo lo hizo en 1982. Ahora, tanto uno como otro pelean por mantenerse en la máxima competición del fútbol argentino, la cual podrían abandonar si quedan en uno de los tres últimos puestos de la clasificación, dado su bajo promedio de puntos por sus últimos malos campeonatos.


San Lorenzo ya evitó el desastre el pasado mes de Junio, cuando en la última fecha se salvó agónicamente de caer a la B. El pasado semestre tampoco fue nada productivo para 'el rojo', que solo se alejó de los últimos puestos con la llegada al banco de Christian Diaz. A falta de la disputa de cuatro encuentros para que concluya el Torneo Inicial, así está la clasificación y este es el calendario que les espera a todos los equipos inmersos en la lucha por la salvación.



El caso de Palmeiras, Independiente o San Lorenzo, no es más que el resultado de equipos que demuestran sobre el césped una mala gestión desde su cúpula y la prueba fehaciente de que el fútbol no tiene memoria, y los domingos no entienden de historias ni palmarés.

14 de noviembre de 2012

#SOSFÚTBOL, Salvemos al Fútbol.

En los últimos días hemos visto como las principales noticias del balompié en nuestro país giran en torno a equipos históricos que acumulan una deuda casi insalvable y que, en el caso de algunos, están a punto de desaparecer. El caso más sonado es el del Real Oviedo, uno de los dos grandes clubes del principado asturiano y una de las entidades con mayor historia de nuestro país. Ahora mismo, la situación del club es crítica y la gente se ha echado a las calles para pedir ayuda y encontrar soluciones a corto plazo para salvar el futuro de la entidad. Muchos son los equipos y personas que están poniendo su granito de arena para ayudar en la causa. Destacan los casos de los ex–oviedistas Michu, Mata y Cazorla, que desde la Premier inglesa decidieron aportar una gran cantidad del capital necesitado para saldar parte de la deuda, o clubes como el Real Madrid, quien hace un par de días compró acciones por valor de 100.000 €, las cuales cederá al ayuntamiento de la capital asturiana.


Pero no es el único caso de equipo en peligro de extinción, ni mucho menos. Su mayor rival, el Sporting de Gijón, tampoco atraviesa una situación agradable. Cierto es que las comparaciones son odiosas, y ni mucho menos esta situación es tan crítica como la del Oviedo, pero también tiene su relevancia. Desde las gradas y las calles se culpa a Manuel Vega Arango, presidente del club, a quien se le acusa de gestionar de manera indebida los intereses del club. Lo único claro es que a pocos días de que el club celebre su Junta de Accionistas, las cosas no están del todo cristalinas en cuanto a asuntos económicos se refiere.

Pero hay más, y en la misma categoría nos encontramos al Racing de Santander. Equipo que se las prometía muy felices cuando el año pasado el empresario indio Ali Sied se hizo con el club tras un intento frustrado de comprar el Blackburn Rovers. A su llegada, este prometió hacer del Racing un equipo competitivo tanto a nivel nacional como internacional. Todo parecía creíble y la llegada al club de Gio Dos Santos no hizo más que acrecentar esta posibilidad. La ilusión que se generó en los aficionados subía como la espuma, pero pronto comenzaron a llegar los problemas. A los continuos fracasos deportivos del equipo en primera se le unieron los primeros problemas financieros. Y es que esto es así, mientras la pelotita entre lo demás parece dar igual, pero si hay problemas externos y en lo deportivo el fracaso se extiendo como tónica general, todo parece volverse en contra. Ya en 2ª y con el equipo más cerca del descenso que de la vuelta a primera, la cosa sigue igual. Los problemas económicos siguen sin resolverse y la cúpula directiva del conjunto cántabro está mirada con lupa por los administradores concursales. Como respuesta a la mala gestión del actual y anterior consejo, los propios aficionados racinguistas han decidido que en el minuto 13 de cada partido, coincidiendo con el año en el que se creó la entidad (1913), suene una enorme pitada en el Sardinero dirigida a los altos estamentos del club.

Y el último caso ha sido el del Depor. Hace apenas unos días saltó la noticia de que el club se iba a acoger a la Ley Concursal como tantos otros equipos de primera y segunda. El conjunto coruñés que actualmente dirige César Lendoiro no ha tenido más remedio que involucrarse en el proceso judicial para encontrar una solución a las deudas que acechan a la entidad. Recordemos, que jugadores como Munúa, Guardado o Colotto ya denunciaron al equipo en su día por problemas en los pagos de sus contratos. Aun se desconoce la deuda real del club con Hacienda, pero se hablan de cifras que se aproximan a los 90 millones de euros.


Estos son solo algunos de los equipos que no han podido afrontar sus deudas y han tenido que acogerse a este proceso judicial con el fin de sanear las cuentas del club y evitar así su posible desaparición. Un problema que cada vez está más presente en el fútbol actual, donde los dirigentes hace ya tiempo que dejaron de mirar por los intereses de sus entidades para mirar por los de sus bolsillos. No sabemos cuando parará esta masacre deportiva, ni siquiera si tiene sentido alguno en esto del fútbol. El balompié como negocio es, por desgracia, una realidad que tuvo su consolidación hace ya tiempo, cuando aparecieron las primeras sociedades anónimas y nadie vio o quiso ver el futuro tan negro que esto iba a traer consigo. Lo peor de todo es que este esperpento empresarial es cada vez más frecuente en el deporte más bello del universo.

Por contra, alegra saber que son cada vez más los aficionados que luchan por eliminar de manera definitiva esta lacra. La gente se empieza a echar a la calle, pide respeto para el club de sus vidas y se han levantado contra los dirigentes que intentan imponer su cabeza sobre la historia de la entidad. La lucha no ha hecho más que empezar, pero algo si ha cambiado con respecto a hace unos años, ahora la gente se ha dado cuenta de que merecen todo el respeto posible para su club, quieren personas profesionales y con conocimientos para hacer crecer a la entidad de manera progresiva. No le valen los empresarios ricos, ni los jeques árabes que solo vengan a hacer negocio. Les basta con gente que sepa sacar partido a las posibilidades de su equipo, que trabajen con honradez y mano firme, que sientan al menos una parte de lo que esos aficionados sienten por su club. Quieren volver a recuperar los valores que por historia y esfuerzo merecen, y magnates o mangantes aparte, lo van a acabar consiguiendo. S.O.S, salvemos al fútbol.

11 de noviembre de 2012

Ha vuelto para quedarse.



El chicharito está de vuelta, para alivio de Ferguson y de toda la afición red. El delantero mexicano ha vuelto a ser el que era, ese hombre revulsivo y decisivo que siempre salía para apagar el fuego y acabar a base de zarpazos con los problemas del United. Con sus dos goles ayer ante el Aston Villa, y sumados a los tantos que consiguió ante el Chelsea tanto en la Premier como en la Copa de la Liga y ante el Braga en la Uefa Europa League en ambos partidos, ya son ocho las veces que el ariete ha visto puerta con el conjunto inglés, y eso sin contar los que ha marcado con la tricolor esta temporada, que son otros tres.

Lo cierto es que había ganas de que volviera por sus fueros. El rendimiento que ha dado en sus dos últimas temporadas en Manchester ha sido asombroso, sobre todo en su primer año, que se supone que es el más difícil por el tema de la adaptación, pero fue precisamente ahí, donde Javier Hernández nos sorprendió a todos con unas cifras espectaculares, y no solo eso, si no que además se convirtió en un jugador totalmente trascendente en el título de liga. La temporada pasada fue también importante, pero no tanto. A pesar de que sus cifras no fueron malas (10 goles en 28 partidos) el jugador estuvo en un 2º plano gran parte de la temporada. Lo cierto, es que el mexicano fue duramente criticado a raíz del mal inicio liguero de los reds devils, hecho que se acrecentó cuando el equipo fue eliminado de la fase de grupos de la UCL en favor del Basilea. Fue con total seguridad el peor momento del delantero desde que aterrizara en tierras inglesas.

Pero esta temporada todo ha cambiado, el mexicano parece haber recuperado su estado de gracia y está siendo vital en las últimas semanas para el conjunto de Sir Alex. Con sus goles, ha culminado las dos últimas remontadas de los diablos rojos en liga, primero con un gol ante el Chelsea y ayer con dos goles y una asistencia frente al Aston Villa para afianzar el liderato de su equipo en la Premier. El mexicano está resurgiendo y vuelve a ser el hombre de confianza del técnico. Sus últimas actuaciones lo definen como lo que es, un ratón de área al que le encanta colarse entre la espalda de los defensores y empujar el balón al fondo de las mallas. Sin embargo, mucho va a tener que trabajar para volver a ser indiscutible en el once titular, ya que por una vez, los goles no le van a servir para afianzarse como hombre punta. Este año la competencia en la delantera es brutal, Rooney es intocable y Van Persie es posiblemente el mejor 9 de la Premier. Eso si, parece que como recambio en la delantera el mexicano es el número uno, y solo él puede hacer que esto cambie. 

De lo que si estamos seguro es de que los diablos rojos de Manchester no van a sufrir esta campaña de sequía de cara al marco. Menos mal, pues la competencia por el título esta temporada es enorme, ya no es solo el City el gran rival, el Chelsea también se ha sumado a esta lucha. Toda ayuda es poca, la carrera por la consecución de la liga ha empezado, y el United va a necesitar que vuelva ese delantero que no hace mucho nos dejaba con la boca abierta cuando el balón merodeaba el área, ese delantero que de tres pelotas que tocaba, dos y media iban para dentro. El Chicharito ha vuelto, y esperemos que sea para quedarse.

8 de noviembre de 2012

Ellos no necesitan correr...


Como en cualquier clase de estudiantes o en cualquier trabajo grupal, en el fútbol también hay alumnos aventajados. Estas personas destacan por tener cualidades superiores al resto del colectivo, bien mentales, bien físicas o en este caso, cualidades técnicas. Son personas que inspiran confianza al resto de sus compañeros, que poseen una virtud especial que los hace destacar en los momentos más difíciles, son los encargados de hacer que un trabajo simple pueda convertirse en un trabajo espectacular. Estas cualidades no se entrenan a lo largo de la vida, se pueden moldear o se pueden adaptar a determinadas ocasiones, pero los que la poseen es simplemente porque han nacido con ellas. Son superiores. Esta capacidad les lleva en multitud de ocasiones a liderar a su grupo ante retos difíciles, ya que poseen tanto la confianza de sus superiores como de sus inferiores, son personas en las que se puede confiar para llevar a cabo cualquier tarea, pondrías la mano en el fuego por ellas porque sabes que siempre te van a dar el resultado óptimo. Su cerebro va más allá que el del resto de sus compañeros, piensan más rápido, piensan mejor. Pero lo más increíble de todo es que lo hacen “como si nada”, es algo tan natural en ellos que a veces asusta. No necesitan estudiar, no necesitan mancharse las manos, no necesitan correr.

Les basta con pensar. Su cerebro funciona como un engranaje perfecto, sus neuronas van tan rápido que pueden permitirse frenar sus otros órganos. En fútbol, que es lo que nos interesa, estas personas destacan por hacer lo extraordinario sin necesidad de llevar al límite sus piernas. No necesitan presionar, no necesitan meterse un sprint de 30 metros, no necesitan medir su fortaleza física con la de sus rivales, ellos ganan de otra manera. Una información, un pase, una jugada… ya está, acaban de dibujarte un gol, te acaban de ganar el partido, no precisan de más. Normalmente, estas personas, estos jugadores, solo destacan por eso. No son muy rápidos, no tienen un físico privilegiado, no son guerreros. Son flacuchos, no llevan peinados extravagantes, no van a la última moda… pero son silenciosos, pensadores, elegantes. Les encanta contemplar el juego, analizar cada detalle, les encanta levantar la vista del césped e imaginar mil jugadas, mil formas de hacer daño, y sobre todo, les encanta elegir la opción correcta. Siempre la opción correcta, no fallan.


Y es aquí donde entran nuestros protagonistas de hoy, expertos en accionar esa neurona diferente, magos del balón, ejecutores de jugadas. No vamos a entrar en análisis, para que, todos sabemos quienes son, llevan años haciéndonos disfrutar de su juego, levantándonos del sofá con un simple gesto técnico. Son esa clase de jugadores por los que merece la pena ver un partido o comprar una entrada. Estoy seguro de que muchos de los que habéis leído esto habéis imaginado a ese jugador en vuestra mente, no tienen por qué ser necesariamente los de la imagen. Muchos son los nombres que citar, a lo largo de la historia ha habido grandes “superdotados del balón”, hoy los sigue habiendo y mañana los habrá, podemos estar tranquilos en ese aspecto. Solo nos toca rezar para que uno de ellos juegue algún día en nuestro equipo, que los disfrutemos de primera mano y no nos tengamos que conformar con verlos en la distancia. Si usted tiene a alguien así en su equipo solo me queda darle la enhorabuena, ya que no son muy comunes, todo lo contrario. Es más, el ser tan poco frecuentes es lo que les hace más increíbles todavía. Recuerden, ellos no necesitan correr...

5 de noviembre de 2012

La vuelta del mejor Cesc


Llegó a Barcelona tras un interminable culebrón que perduró varios veranos, y numerosos rumores que lo situaban tanto en la ciudad condal como en la órbita de otros grandes clubes de Europa. El 15 de Agosto de 2011 Cesc Fábregas volvía a Camp Barça, desde donde partió con apenas 16 primaveras destino Londres. Allí se hizo un hombre a la vera de Arsene Wenger, su padre futbolístico y quizás su fan número uno. A Fábregas nadie le ha regalado nada. Su aparición en la élite coincidió con el ocaso del último gran Arsenal que se recuerda, el de 'los invencibles'. La marcha de Patrick Vieira le añadía un plus de presión a las esperanzas que había depositadas en él. Las cumplió con creces, se convirtió en el timón de los 'gunners', en su jugador franquicia, y con memorables actuaciones tanto en Premier como en Champions, como ante el Real Madrid, ante la Juventus, o en San Siro frente al Milán, con gol incluido, se sitúo en el primer plano del escaparate mundial. Contribuyó y de que manera a llevar al Arsenal por primera vez en su historia a una final de la Liga de Campeones, perdida precisamente ante los culés.

Su marcha del Emirates era un secreto a voces, y su deseo se cumplió, regresar al equipo de sus amores. Heredaba el '4' de su admirado Pep, e hizo su debut nada más y nada menos que en el Camp Nou ante el Real Madrid. Al final del encuentro levantó su primer trofeo con el Barça. En apenas 8 minutos jugados ya había conseguido más titulos que en 7 temporadas en el equipo londinense. Todo se antojaba perfecto. La cúspide de la plasticidad futbolística parecía en camino con la asociación que podían formar jugadores como Xavi, Iniesta, Messi y el propio Cesc. Guardiola le otorgó rápidamente galones y éste respondió haciendo gala de su llegada, anotando varios goles consecutivos, lo que le llevó a desempeñar una posición más adelantada, el tan cacareado 'falso 9'. Ahí empezó un notable descenso en su juego. Pasaban los partidos y el fútbol de Cesc no encandilaba, su confianza parecía mermada y los goles dejaron de llegar. El Barcelona se desinfló, se quedó sin título de Liga y sin final de Champions, y en el último tramo de temporada no era extraño ver a Cesc como suplente. Pese a ello, Vicente Del Bosque no tuvo dudas a la hora de incluirlo en la lista de seleccionados para disputar la Eurocopa. Su lugar en la selección fue nuevamente en la punta de lanza, donde luchó por un puesto con Fernando Torres. Jugó, hizo goles y fue importante en la consecución del título por parte de los españoles, pero su magia seguía sin relucir, sin ser el que encandiló a todo el mundo del fútbol dirigiendo al Arsenal desde la medular.


Con Pep ya fuera del club blaugrana y Tito Vilanova como nuevo técnico, había muchas miradas puestas en el rendimiento de Cesc. Un comienzo dubitativo le produjo multitud de críticas, pero el catalán ha comenzado a defenderse como mejor sabe, respondiendo en el césped. Hay partidos para argumentar que en la cabeza de Vilanova, Cesc figura como lo que es, un mediocentro, y no un delantero. Ha partido como titular en todas las jornadas ligueras disputadas hasta la fecha. Como ejemplo, en los dos últimos choques del Barça en Liga fuera de casa, el ex del Arsenal ha actuado en la sala de máquinas junto a Iniesta ante el Depor, y acompañando a Xavi en Vallecas. Entre estos dos partidos Cesc sumó 5 asistencias de gol de las 7 que acumula en Liga -máximo asistente del campeonato-, y anotó su tercer tanto en la competición doméstica, además de firmar una primera parte sublime en Riazor, que probablemente hayan sido sus mejores minutos desde que llegara al Barça. En estas últimas semanas hemos visto destapado el tarro de las esencias de todo un superclase. Por fin parece sentirse importante y se nota. Reclama la pelota continuamente, toca con gran criterio, reparte excelsas asistencias -Leo Messi puede dar buena fe de ello-, se erige en todo momento como un aliado perfecto para combinar, en definitiva, juega y hace jugar, eso que le hizo convertirse en uno de los mejores jugadores del planeta en el Arsenal, y ser campeón de Europa y del mundo con la selección española. A ello hay que sumar que aparece con frecuencia por el área rival, pero lo hace llegando desde atrás, porque la llegada no es ni su principal ni mucho menos su única virtud, por eso cuando se le sitúa como referencia en ataque se malgastan infinidad de recursos que Cesc aporta al conjunto y que lo hacen ser uno de los mejores mediocentros del globo, en pos de conseguir un mero finalizador. La mejor versión de Cesc Fábregas parece avivar con fuerza, de ello se beneficiará su equipo en el presente y quién sabe si en el futuro, cuando la carrera de un Xavi cercano a los 33 años toque a su fin. En esa, una demarcación clave en el engranaje culé, el Barça tiene en su mano encontrar al sucesor perfecto, porque Cesc como '9' es uno más, pero es en el mediocentro donde su fútbol maravilla a todos.