“Una composición poética en loor
de los dioses o de los héroes”.
Así es como
define la Real Academia Española de la lengua la palabra “himno”. Una palabra,
una sola palabra, que encierra dentro de sí una serie de significados y
emociones que solo podemos averiguar a través de su canto. El himno es, junto a
la bandera, el mayor símbolo de unión entre un colectivo de dimensiones
nacionales. Al hablar de himnos, o cantos patrióticos, es inevitable pensar en
un conjunto de hombres, agarrados entre sí como una cadena irrompible, y en el
que se repite en la mayoría de ocasiones un gesto universal que expresa el
mayor grado de compromiso posible hacia una nación: La mano llevada al pecho,
al corazón.
Pero
dentro de todos los himnos posibles del mundo, hay uno que llama la atención en
especial. La Marsellesa, el himno que representa a la nación francesa,
posiblemente, el himno más bonito que se haya escrito jamás. Y hoy la
volveremos a escuchar, nos tocará hacerlo desde el bando contrario, animando a
quienes deben encargarse de minimizar al máximo la fuerza que otorga su
melodía. Y lo haremos ante los ojos de más de 80.000 personas, ante la luz que
otorga la Torre Eiffel a la ciudad de París, ante el respeto que impone a sus
rivales el Arco de Triunfo, ante la inmensidad de los Campos Elíseos y ante la
unión del Sagrado Corazón que hoy se dará cita en Saint Denis en forma de
banderas, bufandas y gritos de ánimo.
Simplemente,
disfrútenla, pues hay pocos himnos capaces de evocar la victoria de su pueblo
de semejante manera.
Hay que admitir que en el último partido contra España y con el estadio lleno impresiona un poco, además que musicalmente es muy bueno.
ResponderEliminarHe llegado a tu blog desde FutbolCurioso y me ha gustado bastante.
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Saludos.