7 de abril de 2013

La Bundesliga baila al son del Bayern


Barça, Manchester United, Juventus o PSG. Todos mandan con holgura en sus respectivas ligas. Quizás con demasiada para lo que se preveía en un principio. Pero por encima de estos, está el Bayern. Llamarlo superioridad se queda demasiado escaso, buscar un adjetivo que alabe su campaña es complicado, porque su curso ha sido tan desorbitado que solo cabe un calificativo. De record.

Como es tradición, el Bayern se reforzó para esta temporada con futbolistas que destacan en su propia liga. Llegaron Dante (Hoffenheim), para cubrir el centro de la defensa, quizás el único punto débil del campeón, y Mario Mandzukic (Wolfsburgo). El croata, que venía de hacer una buena Eurocopa con su selección, se ha convertido en otra de las gratas noticias. En principio llegaba para ser una alternativa más, en un ataque ya de por si poblado y enormemente talentoso, pero su buen hacer le hicieron ganarse la confianza de Jupp Heynckes y relegar a un segundo plano al 'killer' Mario Gómez. El bombazo llegó desde Bilbao. Tras unas larguísimas e infructuosas negociaciones, el Bayern acabó por depositar la cláusula de Javi Martínez, unos 40 millones de Euros que lo hacen en el fichaje más caro de la historia del club. No ha sido una gran temporada la del navarro, pero su crédito sigue intacto, sabedores en el Bayern de que pese a su trayectoria, es un jugador de gran futuro. La apuesta provenía desde Suiza. Xherdan Shaquiri, es una promesa que se acerca a realidad. Tiene mucho tiempo para demostrar los motivos por los que el Bayern lo ha fichado, pero esta temporada, con más minutos de lo esperado, ha empezado a dejar destellos de su inmensa calidad.

Marcador del Allianz en la anterior jornada.
El conjunto de Heynckes comenzaba la temporada ávido de gloria. ¿Las razones? Dos temporadas sin título alguno y una Champions que se escapó cuando los bávaros casi la rozaban con los dedos, dejando en el corazón muniqués una herida que aún continúa abierta. Esa ambición se ha notado cada semana y desde el principio, de hecho el equipo no cedió ningún punto en las 8 primeras jornadas . Aprovechó el inicio dubitativo de su verdugo en los dos últimos años, el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, cuya irregularidad le hizo perder de vista al Bayern demasiado pronto. Los 'borussers' ya habían sido avisados en la supercopa, donde mordieron el polvo ante los de Múnich sin ofrecer demasiada resistencia. Luego confirmaron que eso solo era un aperitivo. Líder desde el primer momento, solo el sorprendente Eintracht le pudo aguantar el ritmo durante las cuatro primeras semanas. Goleadas para todos los gustos y en todos los escenarios. Poderío demostrado a base de goles y una defensa superada por pocos. Un auténtico ciclón. Una máquina bien engrasada y conjugada casi a la perfección. Un vendaval ofensivo, con elementos diferenciales como Schweinsteiger, Kroos, Müller, Ribery, Robben o Mandzukic desatados. Todo eso es el Bayern, un puñado de estrellas al servicio del colectivo, con actores secundarios de notable nivel. Vistoso a la par que eficaz. Una apisonadora con una pegada demoledora. Un equipo reconocible y fiable por encima de todo.


La Champions, la asignatura pendiente

69 goles a favor, solo 11 en contra. 22 victorias y 1 derrota en las 28 jornadas que ha necesitado para salir campeón, cuando todavía faltan 6 para que concluya el campeonato. Son los números del Bayern en esta Bundesliga, números que asustan a cualquiera, no solo en la competición doméstica, también en Europa, donde es uno de los 'cocos' que ningún equipo quiere encontrarse. El 2-0 conseguido en la ida de los cuartos de final en el Allianz frente a la Juve, le pone las 'semis' casi en bandeja. Tendrá que pelear en Turín, pero sería extraño no ver a los alemanes en la siguiente ronda.

Hay más ganas que nunca de conseguir ese título que se les resiste desde hace más de una década, cuando el Bayern derrotó al Valencia en los penaltis. Esos once metros que también sonrieron al gigante de Baviera hace casi un año en Chamartín, cuando accedieron a la final apeando a un Real Madrid que se las prometía muy felices, para posteriormente esquivar los brazos germanos y engalanarse con los colores del Chelsea. No era la primera vez que la Champions dibujaba lágrimas amargas en los rostros de los seguidores del Bayern. La relación de amor-odio de los muniqueses con esta competición tuvo su cita más rocambolesca una noche de Mayo de 1999, en Barcelona, cuando en apenas un minuto el Manchester United remontaba una final en la que los alemanes pudieron sentenciar en varias ocasiones. El desconsuelo de los jugadores del Bayern abatidos sobre el césped del Camp Nou quedó grabado en los anales de la historia del balompié. En 2010, de forma más clara, menos traumática pero también muy dolorosa, el Bayern volvió a quedarse con la miel en los labios al perder otra final, esta vez en el Bernabeu, ante el Inter de Milan.

Ahora, con la 23ª ensaladera en sus vitrinas, la semifinal de Copa en el horizonte -17 de Abril,  frente al Wolfsburgo- y todas las ilusiones puestas en conquistar la que sería su 5ª liga de campeones, los bávaros se encuentran rebosantes de felicidad. Una felicidad ganada en el césped y muy disfrutada en la grada.

¡Glückwünsche Meister!

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