Tras
dos temporadas rozando la excelencia futbolística y alzando la
ensaladera del campeonato alemán con una contundencia espectacular,
el comienzo de campaña del Borussia Dortmund no ha sido todo lo
alagüeño que cabía esperar, especialmente en la Bundesliga, donde
el conjunto de Jürgen Klopp ha cedido en tan solo 8 jornadas 3
empates y 2 derrotas, la última en el derbi del Ruhr ante el
Schalke.
El
equipo tiene un problema claro en el centro del campo. El fichaje
estrella del pasado año, el turco İlkay
Gündoğan, no ha hecho olvidar en ningún momento la marcha de Nuri
Sahin, y aunque es cierto que ha dejado pinceladas de su calidad, no
ha llegado a asentarse como el pivote de creacción que necesitan los
'borussers'. La falta de alternativas en esa posición también es un
quebradero de cabeza para el bueno de Klopp, que cuenta con el joven
Moritz Leitner como única solución en la búsqueda de un creador. También la dificultad de hacer encajar a Götze y al refuerzo estelar para este curso, Marco Reus, se han unido al rompecabezas.
No
son las únicas preocupaciones que presentan los de Dortmund, ya que el
equipo está lejos de su mejor versión en este arranque de
competición, y pese a encuentros en los que si ha dejado una imagen
fantástica, como la 'manita' endosada al Gladbach o el excelente
partido realizado en el Etihad ante el City, en el que solo una
legendaria actuaciación del meta 'citycen' Joe Hart evitó una goleada
del Borussia, en general el equipo está falto de fluidez, chispa e
imaginación, sobre todo en la parcela ancha.
Las
bajas son otra dificultad añadida, ya que las lesiones han afectado
a hombres claves en el esquema de Klopp, como son Schmelzer, el ya
citado Gündoğan, Blaszczykowski o Mario Götze. Demasiado para un
plantel que no se caracteriza por su fondo de armario, como pudimos
comprobar el pasado Sábado, donde Jürgen tuvo que recomponer un
equipo de circunstancias, con
Großkreutz
actuando como carrilero zurdo, un doble pivote poco constructivo
formado por Sven Bender y Sebastian Khel, y Leitner, que durante el
choque acabaría como mediocentro, escorado en el costado diestro. El
invento salió mal, el Schalke fue superior en todo momento, e
incluso pudo llevarse un resultado más amplio que el 1-2 final.
Ahora
se aproximan partidos cruciales de cara a los objetivos del Borussia
Dortmund, obligado a no fallar más en la Bundesliga si quiere
mantener sus opciones de pelearle el título al hasta el momento
invicto Bayern de Munich. En
el próximo mes tendrá que visitar al Friburgo, al Augsburgo y al
Mainz 05, y recibir en el Signal Iduna Park a Stuttgart y
Greuther
Fürth. En principio no se antoja como un calendario demasiado duro,
pero es verdad que el margen de error es prácticamente nulo para los
de Klopp, a lo que se une los compromisos en Champions, el primero
mañana en su estadio ante el Real Madrid, para más tarde viajar a
la capital de España, y posteriormente al Amsterdam Arena, para
enfrentarse al Ajax. Envites en los que el Borussia debe dar una
imagen bien diferente a la de los últimos partidos y demostrar que
va enserio en la máxima competición a nivel de clubes, en la que
hay muchas esperanzas puestas en Dortmund. La hora de la verdad se
acerca para el BVB y lo hace en el momento más complicado de los dos
últimos años.
Un buen artículo compañero , lo que pasa que yo la bundesliga no la sigo jejeje , lo siento . Saludos ¡¡¡
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